Lord of the Trips

The Fellowship of the Roadtrip

Jueves en la tarde.
Un grupo de valerosos amigos se reúnen para invadir una de las plazas más conocidas en McAllen Texas.

10 minutos después el mismo grupo de amigos cambia de planes, uno de ellos queda fuera del viaje y es reemplazado por uno de los hobbits con mayor conocimiento de las extrañas tierras que visitaríamos.
El sábado despertamos (cada quien en su respectiva casa y cama) a una hora que da dolor levantarse, con el fin de partir de Ciudad Regiópolis a las 7:00 AM.

Como buenos mexicanos que somos, salimos al menos media hora después de lo planeado.
La carretera no es mayor reto para el que está escribiendo esto, así que en mi afán de ponerle emoción al asunto, tomé un atajo en la autopista. Mis amigos no me reclamaron porque iban profundamente jetones... o pachecos, uno de ellos llevaba los ojos muy rojos.

Dos horas después y gracias a mi sorprendente habilidad al volante, llegamos a Reynosa Tamaulipas. Ahí descubrí que la distribución de las quejas sobre la forma de manejar está sesgada: los de Durango se quejan de los de Saltillo, los de Saltillo nos quejamos de los de
Monterrey y los de Monterrey se quejan de que los de Reynosa manejan peor que de la chingada. ¿De quién se quejarán los de Reynosa?, ¿de los cubanos de Cuba o de los mayas de Miami?

Me consta que los oriundos de Reynosa sí manejan feo, pero no tanto ni tan seguido como los regios. Eso sí, un güey en bicicleta se nos atravezó gachamente en el camino y por poco mato a otra persona con mi Spidermóvil.

Un desmadrito para llegar al puente internacional... al fin íbamos llegando a la caseta cuando todos recordaron mi valiosísima habilidad para responder zonzeras ante situaciones de presión y me preguntaron "Emh... ¿traerás masking tape o algo así?", "no, ¿porqué?", contesté yo, que no estaba presionado, "pues... para ahorrarnos broncas, yo le conesto al Mr. Officer de la caseta y así, ¿va?", dijo el osado copiloto.

El Mr. Officer (un gringo que hablaba en español y con un acento exagerado como caricatura de personaje de infomercial) empezó con las preguntas. Yo me aguantaba estóicamente la risa mientras el Javiman contestaba. Al fin pidió las visas. Le entregamos los documentos, los revisó y leyendo mi visa preguntó "¿Quién de ustedes es Edgar Jason Bourne?", levanté la mano y vió mi mirada de si-me-la-haces-de-pedo-te-madreo. En seguida dijo "Welcome to the United States of America!".

We are in. Luego le sigo...