Otra película de huevos y un pollo

...Un día que no tenía nada que hacer me fui a ver Otra película de huevos. Sí, nomás así.

Normalmente las películas que no me gustan son las que más me dan para escribir aquí.
Supongo que es para desquitar que no le puedo decir al director, los actores o al escritor en su cara cosas como "tu película chafea bien gacho en el momento en que...", "¿sabías que en las escenas de acción pones cara como si estuvieras estreñido?", "supongo que no se te ocurrieron otros chistes más chafas y vulgares".

Eso pasa con Otra película de Huevos y un pollo.

No, no la recomiendo. A menos que se den estas 3 condiciones: que seas muy, pero MUY fan de las animaciones que empezaron todo. Que te haya gustado muchísimo la primer película y que consideres a los albures como el mejor entretenimiento familiar.

• Lo rescatable de esta nueva: Mejor animación que en la primera.



• Lo malo: Chafearon con lo de los albures. En la primera estaban más finos, en esta ya son tan corrientes como en cualquier programa de televisión regiomontana.



• Lo mejorcito: La hueva a la que le da voz Lucila Mariscal. Un personaje muy simpático.



• Lo pinche: Producción mexicana. Voces mexicanas. Música en inglés... ¡Háganme el refabrón cavor!, no le veo el caso, debieron haber metido pura música en español. O instrumental, si grupos como los Pxndxjos que pululan en México no le gustan al director.



• Lo patético: Tienes una historia que empieza mal, aunque hay unos cuantos buenos chistes, empieza a aburrir después de 40 minutos. ¿Hay acaso una fórmula mágica para mejorar una película? Sí: zombis. Pero a Otra película de huevos y un pollo, ni los zombis la rescatan. Mal.



• Lo burdo: Cuando se combina animación 3D con 2D, hay que hacerlo de manera sutil.



• Los pinches estereotipos: Las huevas rancheritas del desierto eran más feas que pegarle a Jesucristo. Desagradable.



• Lo feo: Es normal que haya patrocinadores para las películas. Y no es de extrañar que salga en la esquina de una mesa una lata de Pepsi o una bolsa de Doritos Nachos medio escondida. En Otra película de huevos los patrocinadores se pusieron muy exigentes (o el director se puso flojito y cooperó) y sus marcas ocupan la pantalla durante varias tomas. Pena ajena.



• Lo escatológico: 2 gags de pedos y uno de vómito. Un solo "flatulichiste" (el de Confi) hubiera funcionado bien.



• Lo peor: Creo que en la función a la que fui a muchos les pagaban 50 pesos por carcajada. 100 si sonaba fingida. Eso o estaban las familias Riva Palacio / Alatriste estratégicamente distribuidas en toda la sala intentando (sin éxito) contagiar la risa a los otros que estábamos ahí.

¿Para qué chingaos sigo viendo películas animadas mexicanas en cine si casi todas son así de chafitas? se ha de preguntar quien haya llegado hasta este punto.
Porque tengo la esperanza de que algún día una caricatura Made in México me haga expresar "¡ahijuesu!, ésta queda dentro de las mejores películas que he visto este mes, quizá una de mis 10 favoritas de este año", como me pasó cuando vi Rudo y Cursi, Temporada de patos, La ley de Herodes o El mago.
No me gustan las expresiones parecidas a "pos estuvo buena... para ser mexicana". Ya estuvo. Estoy convencido de que se pueden hacer películas buenísimas equiparables a las que vienen del extranjero, sólo que de momento le están dando el apoyo a los talentos incorrectos.
Ellos mirarán arriba y gritarán "¡ven a ver mi película!" y yo les diré "...huevos".